lunes, 24 de marzo de 2014



                    SE APROXIMA LA SEMANA SANTA  (horno, bollos, "limoná"..............)


Como todos los años y por estas fechas llega el momento de preparar pertrechos y útiles para la fabricación de los dulces típicos de "la Semana Santa" que como en cada pueblo también se hacen en el mio
En la familia disponemos de un pequeño negocio en el que aparte de otras cosas se venden todo tipo de bollería y delicias para los "sacrificados" degustadores de dulce.
Siendo así, no podían faltar los tradicionales productos típicos de estas fechas y de esta casa, la cual lleva años, generaciones diría yo, fabricándolos de forma artesanal y con la dedicación y el amor que hay que dar para hacer bien las cosas.
Naturalmente no es lo mismo hacer una pequeña cantidad para consumo propio que aumentar la producción para la venta en la tienda con el consiguiente aumento de géneros y materias primas a manipular y conseguir darle el punto exacto de degustación y repito todo a mano y tan solo una pequeña amasadora que en los últimos años ayuda a mezclar los ingredientes el resto, refinado formado, horneado, azucarado etc., es realizado totalmente a mano si bien los hornos de ahora nada tienen que ver con los de antes que eran de leña y había que mantener añadiendo de vez en cuando troncos  y cerrando y abriendo el tiro para que ni fuera excesivamente alta la temperatura ni para que se enfriara demasiado y tener que esperar mas de lo necesario. En la actualidad los hornos industriales son automáticos, eléctricos, a gas, etc., y basta con fijar la temperatura deseada o necesitada y se mantienen el tiempo que se precise, vamos como los domésticos solo que con bastante más capacidad, así mismo en aquellos hornos había que introducir los productos con palas especiales para las bandejas en las que se horneaban los distintos productos, lo que significaba el riesgo de quemaduras, vuelcos y un considerable esfuerzo físico, hoy se hace la cantidad que se estima y en un carro con sus ruedas se mete de una vez lo que antes había que hacer en varias veces.
Hace años, cuando las relaciones humanas eran más intensas y todo el mundo participaba de la convivencia en determinadas épocas del año, era costumbre que en los días de "La semana Santa" después de las pertinentes procesiones, las gentes se visitaban en las casas primero se iba a una luego a otra o eras tu el que recibía y luego devolvías la visita, en fin un trasiego de amigos y conocidos en los días en los que el recogimiento no permitían "manifestaciones festivas" pero si servían para intercambiar puntos de vista de las cuestiones al caso que solían ser: la huerta, el campo, el tiempo y porque no alguna que otra cuestión de índole política pero sin profundizar.
A los visitantes y amigos que acudían se les agasajaba, como no podía ser de otra forma con dulces típicos de la época y lo que aquí llamamos "limona"  y que con diferentes componentes en otras partes llaman sangría. La "limoná" llevaba como ingrediente principal: el vino naturalmente, casi siempre tinto, aunque había quién la hacía-hace con blanco (a  mi me encantaba), además del vino se le añade agua, azúcar, zumo de limón y los más osados, canela, todo en las proporciones al el criterio del que la hace, lo de la canela no era siempre aconsejable dado que al mezclar con el vino produce (dicen) dolor de cabeza y también contaba la leyenda que al ser afrodisiaca, no era la mejor bebida para las mujeres ¿?
Además de estos líquidos y aderezos se le añadían trozos de naranja y limón con su cáscara que conferían el rico sabor al bebedizo que tomado fresco acompañaba a los dulces en su camino al estómago produciendo cierta euforia si se hacía honor a bandeja y jarra con demasiada ligereza.
Y así entre trago y bocado, saludos y parabienes se amenizaban las veladas nocturnas de los días de Semana Santa en los tiempos en que bares, cafeterías y demás centros de ocio apenas existían y que además el sentido de armonía y reunión de las familias y amigos primaba sobre todo lo demás.
Daba igual la clase social ( que las había y las hay) en la que te encontraras, todo el mundo participaba de aquellas costumbres con mayor o menor pomposidad pero pocos eran los que no tenían un vaso de limonada a punto con un bollo o una  " madalena" hecha " exprofeso" para estas celebraciones para todo aquel que visitaba la casa. Hoy las neveras están llenas de otro tipo de productos más cotidianos y menos hogareños aunque quizá con más "glamour" pero sin la calidez de lo hecho propio. porque , no lo he dicho, pero todo el mundo acudía al horno para hacer sus propios dulces, pero eso ya lo explicaré
Al iniciar esta entrada el objetivo era hablar de los bollos típicos de Villa del Prado para La Semana Santa y me he extendido en otras cuestiones con lo cual me he apartado del tema y como no quiero alargarme en esta entrada, dejo para otro día los bollos  con sus distintos variantes.

                                                           
                                     APETITOSAS ¡A QUE SI!  ¿Tortas? y ¿¿ Empanadas??

              El próximo día   mas bollos y os lo explico

                        

                             ALHAMAR

                            












   















   

1 comentario:

  1. Cambian las personas, las cosas y las costumbres..
    Cuando uno visita un pueblo, normalmente se interesa por saber qué alimentos
    existen, que sean artesanales y sobretodo tradicionales.
    Que disfrutes de las pastas.
    Saludos

    Es admirable encontarse con alimentos artesanales y de tradicción

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