jueves, 14 de enero de 2016

¿PROGRESISTAS, MODERNOS, O GANAS DE LLAMAR LA ATENCIÓN? (cualquiera sabe)


                                 



            Anda estos días, revuelto el panorama político y entre conjeturas de pactos, alianzas y tejemanejes de partidos, tienen a la prensa y medios de comunicación en ebullición permanente de conjeturas que trasladadas a la opinión pública no hacen si no enredarnos aún mas en el posible desarrollo y desenlace de quién será el que se encargue de gobernar nuestro querido país, (o se dice nación), pero no es de esto de lo que vengo a comentar.
Como es natural después de unas elecciones hay nuevos componentes de las Cámaras de Diputados y  del Congreso y los hay que repiten (algunos unas cuantas veces, demasiadas diría yo) y los hay que se sientan por primera vez en uno de los sillones (escaños dicen que se llaman), con la carga emocional que eso conlleva.
Hasta aquí todo es normal y previsible incluso los estilismos y "looks" de lo más progre de "Sus Señorías".
Lo que no entiendo yo que sea normal es acudir a una sesión del Congreso de los Diputados con un bebé de escasos meses en brazos y no contenta con eso, que la Sra. Diputada electa le diera de mamar en el transcurso de la sesión.
Mucha gente ha aplaudido el gesto y  ha convertido a tan exibidora madre en poco menos que heroína en aras de una causa de reivindicación de las compatibilidades  de la mujer para ejercer de madre con su puesto trabajo.
No conozco a nadie que no quiera estar junto  a sus hijos el mayor tiempo posible  y disfrutar de todas y cada una de los gestos y situaciones que la infancia acarrea con ellos, pero nuestra vida en comunidad nos pone determinadas formas que por otro lado en algunos casos elegimos nosotros mismos sin que nadie nos fuerce a ello.
Cada vez que vemos en reportajes y noticiarios a mujeres de países  subdesarrollados, llevando a su espalda a una o dos criaturas mientras realizan las penosas tareas de subsistencia, nos sentimos abrumados y realmente apenados por esas gentes que con tan escasos medios sacan adelante su familia. esas mujeres no tiene ni pueden dejar a sus hijos al cuidado de nadie por que los demás están como ellas, así pues no queda otro remedio que cargar con su criatura y con ella a cuestas acarrear agua, pastorear su rebaño o cualquiera de las penosas ocupaciones que demande el núcleo al que pertenezca.
Nosotros que vivimos en un mundo al que llamamos civilizado, en el que disponemos de infinidad de mecanismos para facilitarnos la vida no somos capaces de utilizar  como es debido lo que tenemos a mano.
De tiempo atrás empezaron a funcionar en España y en el mundo lo que la sociedad del progreso demandaba, sitios en los que poder dejar a nuestros hijos mientras nosotros entrábamos a formar parte del engranaje de la sociedad de consumo, así las guarderías fueron parte importante de de la infancia de las nuevas generaciones.    
Volviendo al tema; parece ser que adaptándose a los tiempos, en el Congreso de los Diputados hace unos años que se habilitó una de estas guarderías para que los Sres./Sras diputados/as puedan conciliar sus obligaciones en las Cortes con el cuidado y atención de sus hijos.
Seguramente la Sra. Diputada al ser nueva desconocía la existencia de tal guardería, o tal vez le costaba trabajo separarse de su  pequeño/a o quizá es que quería hacerse la foto de recuerdo,ó......
dicen quienes la aplauden que pretendía reivindicar la conciliación entre trabajo y maternidad, lo cual me parece perfecto, pero para eso es el Parlamento para elaborar leyes que mejoren la vida de las personas y el bien estar llegue a todos, a eso deben dedicar sus esfuerzos y no a cambiar los nombres de las calles,  las guarderías (que las hay) a cuidar de los niños mientras sus próceres mejoran su  futuro
¡¡¡Quiero tener a mi hijo cerca mientras trabajo!!! Claro que si pero con matices.
Alguien se imagina a una doctora pasando consulta con el niño en el carrito al lado, la abogada en el juicio meciendo al bebe que llora,  imaginemos a la policía con la sillita portabebés con el niño atado persiguiendo a los cacos por toda la ciudad, el susto que nos llevaríamos cuando mientras la comandante de vuelo nos da la bienvenida oímos el llanto de un niño demandando su comida. En fin seamos serios,   se puede conciliar la vida laboral y familiar pero dentro de un baremo de sensatez porque se puede ser progresista y moderno pero sin caer en la papanatez de querer llamar la atención y  ser el adelantado de los tiempos 




                      ALHAMAR


                     13 de enero de 2016











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