martes, 5 de noviembre de 2013

TODOS LOS SANTOS (no sin mis flores)

Un año más pasaron " Los Santos" y un año más volvimos a las viejas tradiciones, aunque algunas con el paso de los años se han ido cambiando, cuando no pasando al olvido total.
Todavía en algunos casos se mantiene la costumbre de las denominadas "puches" como postre casero, de corte y textura bastante más humilde, aunque igual de exquisitas para muchos, que  buñuelos y huesos de santo.

De la misma manera, acudir al cementerio era y también sigue siendo costumbre, sin embargo las formas y el modelo han experimentado un notable cambio.
Hace años la visita al camposanto en estos días estaba revestida de un halo entre lúgubre y misterioso que en lo que yo recuerdo intimidaba y sobrecogía, (eso es lo que a mi me pasaba).Se hablaba a media voz, las campanas tañían casi todo el día con ese sonido triste y machacón de toque de difuntos y al caer, la tarde casi anochecido en casi todas las sepulturas se solían encender las "lamparillas" que no eran sino pequeñas luces que se dejaban encendidas durante toda la noche del 1 al 2 Día de Difuntos.

Lo de toda la noche es un decir porque en Otoño las noches no suelen ser muy estables y el viento, cuando no la lluvia daban al traste con las intenciones de quienes las encendían.
Las mencionadas lamparillas podían ser de muy diversas formas y materiales; los más pudientes solían encender pequeñas velas dentro de faroles que hacía que quedaran protegidas de las posibles inclemencias del tiempo, en otros casos solamente eran velas de distintos tamaños las que ardían mientras las ráfagas del viento eran débiles, otras veces (las más) era un simple retorcido de papel encerado atravesando a su vez un trozo de cartón recortado (casi siempre eran trozos de naipes de la baraja española de Heraclio Fournier) que una vez encendido se mantenía colocándolo en un recipiente con aceite de oliva del que a través de la torcida mantenía viva la llama, siempre claro está que cualquier soplido no la apagara; como naturalmente se esperaba que tales "lamparillas" del cementerio se apagaran, en la propia casa también se ponían los célebres alumbramientos, para alumbrar se decía a las "ánimas benditas" que vagaban por el purgatorio?. Yo siempre sentí un "repelús" incluso de mayor, cuando mi madre colocaba tales lucecitas dentro de una taza o plato con aceite y si podía las apagaba, naturalmente sin su conocimiento.

Otra de las cosa que han desaparecido son los célebre "responsos" que consistían en la visita del párroco tumba por tumba rezando las consiguientes oraciones pero no en plan general no, había que rezar un responso por cada una de las personas difuntas enterradas bajo la misma losa con lo que podemos imaginarnos las horas a las que terminaban las visitas al cementerio y naturalmente al Señor Cura había que pagarle lo estipulado, de ello se encargaba el sacristán de turno o el monaguillo más aventajado, afortunadamente esto está olvidado y se reza una sola vez y si lo piden los familiares y naturalmente no va nadie con la talega de los dineros haciendo la colecta, el que tiene voluntad deposita su óbolo en el cepillo de la ermita del propio camposanto o en la propia parroquia.
Y para terminar; la tradición por excelencia es la de las flores.¿Cuanto dinero nos gastamos en flores ?

Lo de llevar flores el Día de los Santos al cementerio es innegociable para la mayoría de las gentes que tienen depositado el cuerpo de un ser querido en el cementerio, sea como sea hay que llevar y llenar las tumbas de montones de flores, naturales, de plástico,de tela, etc, cualquier cosa menos que ese día la sepultura del padre, la madre, el abuelo o quien sea esté sin adornar con lo que algunas veces son grotescas parafernalias, naturalmente con un poco de suerte los adornos florales durarán un par de días y después quedarán sobre las losas los restos en forma de materia seca, pedazos de recipientes, podredumbre de tallos y flores, y así pasará otro año en el que volverán a poner los mismos aditamentos que el anterior.

Lo siento, yo no participo de esto yo quiero disfrutar de flores y plantas ahora que las veo las palpo y las huelo, mis seres queridos que abandonaron este mundo no pueden disfrutar de las flores ni ramos que les pueda poner en su tumba, padres, parientes, amigos, a ellos les recuerdo como eran y lo que me enseñaron y el cariño, el amor y la amistad de la que disfruté mientras estuve con ellos.
<<Las flores que yo quiero darles están en mi corazón y mi pensamiento
no en un rincón triste y frio de un cementerio>>

                                 ALHAMAR










 

2 comentarios:

  1. Venerar a los difuntos siempre ha sido una muy costumbre muy cristina. Es cierto que cambian las costumbres la cosas, y las personas. Cuando visitamos los cementerios
    más bien vamos a rezar por ellos y pensamos que tarde o temprano, al final de
    nuestro peregrinar, reposaremos junto a ellos.
    Un saludo

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    1. NO SOLO LA RELIGIÓN CRISTIANA VENERA A SUS MUERTOS SON MUCHAS LAS RELIGIONES Y LAS CULTURAS DE TODOS LOS TIEMPOS LAS QUE RESPETAN Y MANTIENEN TRADICIONES CON SUS ANTEPASADOS DIFUNTOS DESDE LOS EGIPCIOS A LOS ANTIGUOS POBLADORES DE EL NORTE DE EUROPA, LOS NATIVOS DEL CONTINENTE AMERICANO, NORTE Y SUR Y LAS CULTURAS DE AFRICA Y ASIA

      SALUDOS

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