lunes, 2 de septiembre de 2013

QUE YA HUELE A FERIA (que dirían en Sevilla)

Pues sí ya huele a fiestas en Villa del Prado. Al igual que en los años 70 la llegada de  "las Tostoneras ", sumía al pueblo en un bullicio prefestero, de unos años a esta parte, el montaje e instalación de las casetas de las peñas, anuncia la proximidad de los días de jolgorio y diversión que a partir del día 7 y hasta el 13 tendrán ocupados a los pradeños y sus visitantes.

Aunque no quiero pecar de nostálgico, he de decir que los festejos de ahora nada tienen  que ver con los de hace 30-40 años, la formación de peñas cambió radicalmente el sentir y vivir la fiesta en la calle, en la que durante las 24 horas del día había fiesta de cuaquier índole y los mayores y niños tenían cierta participación y los jóvenes se divertían de forma más sana.
El consumo de alcohol de otras sustancias se dispara en los actuales días e incluso menores hacen uso y abuso de sustancias poco sanas sin que ni autoridades ni padres se den por enterados, pero en fin todo ha cambiado y ello lleva a una permisibidad rayana en el libertinaje.

Haciendo un aparte yo lo que quiero es explicar un poco como eran las fiestas de mi pueblo cuando yo era joven o "mozo", como se decía entonces.
El día 7 comenzaban las fiestas; bueno realmente comenzaban el 7 pero por la noche, durante el resto del día y desde muy temprano todo el mundo se aplicaba a las muy variadas tareas, en las huertas se recogía y se regaban lo sembrado de temporada para que aguantaran un poco más la humedad, en las heras , donde el grano y la paja ya se habían recogido, se guardaban los últimos aperos y en las casas las amas de hogar se afanaban en tener recogida la casa ante la posible llegada de "güéspedes", se decía aquí a los visitantes y familiares que venían de fuera, también se ponían a punto las ropas que por la noche en <La Pólvora>> y al día siguiente, día de la patrona, lucirían en la fiesta. Los "ajustaos", así se llamaba a los trabajadores que desde el mes de Abril habían estado trabajando en las diferentes huertas, cobraban "la soldá", dinero que les correspondía por el periodo y cantidad, <<ajustada>> al inicio de la campaña.Solía acompañar "el amo" a la liquidación una cierta cantidad a modo de propina que estaba en proporción a los merecimientos  del trabajador y a como hubiera  sido la campaña de favorable aunque existían los "amos roñosos" a quienes poco importaba una cosa o la otra.
A última hora de la tarde ya anochecido, las familias con sus "güéspedes" y visitantes  se reunían en torno a una merienda cena que se alargaba hasta la hora de encender "la iluminaria".

La iluminaria era un fuego que se encendía en casi todas las puertas de las casas del pueblo, en ellas se quemaban enseres rotos e inutilizables, sillas rotas, banastas deshechas, muebles desvencijados, en fin todo lo que ardía bien y ya no servía para nada.El significado nadie lo sabe, tal vez fuera decir adiós al verano, o tal vez deshacerse de trastos viejos, quien sabe pero lo cierto era que la iluminaria formaba parte de los actos de las fiestas y en ellas los chiquillos se divertían saltándolas por encima  no sin cierto riesgo. Hoy es impensable encender una hoguera en mitad de la calle, humo, coches, tráfico, imposible, se perdió, solo algún nostálgico en el patio de su casa rememora algo que muy pocos comprenden y que entonces era el pistoletazo de salida para: "La Pólvora".
Todavía se sigue llamando así a los fuegos artificiales que inician los festejos de mi pueblo.
Naturalmente nada que ver con los de entonces, los de ahora son mucho mas espectaculares y sofisticados pero menos entrañables  y divertidos.
Por razones de tiempo y espacio otro dia detallaré la noche de "La Pólvora" de aquellos años.

ALHAMAR


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